12 jul 2011

Nadando.

Creo que ya puedo decir que respiro.
He tardado algo más de lo que creía en ejercer el control de días, horas. El trabajo, ése que se suponía iba ha sentarme bien, logró desmontarme por momentos. Pero pasó. De nuevo vuelvo a tener en mis manos la cuerda que sujeta todo. Supongo que eso significa seguridad. A veces y ahora, me permito echar la cabeza hacia atrás, cerrar lo ojos y no pensar en nada. Es un modo de cojer aire para volver a empezar.
Me gusta mi trabajo, adoro a mis hijos, aprendí a cocinar, creo que el esfuerzo me pudo alguna vez, y no quiero pensar en eso, prefiero verme nadando.

La fortaleza no reside en imponerse a un control absoluto sobre todas las cosas, he aprendido la lección, creo que es mucho mejor dejarse llevar en diversos momentos, como barquito pequeño, y luego remar y remar otra vez, y así, de poquito a poquito, seguir un rumbo establecido. Pero no va mal de vez en cuando visitar alguna isla apartada de la ruta.

Empieza el verano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario